Cómo te odio, individuo B.

En ocasiones, nos podemos encontrar con una situación parecida a la que os expongo: Individuo A le dice a Individuo B: “El Individuo C se parece al Individuo D“. Puede darse que el Individuo B responda: “¡qué dices, hombre! El Individuo D tiene la nariz más ancha que el Individuo C (o la cara más estrecha, o los ojos más tal, o el pelo más cual, lo que se te ocurra). Pues bien, si el Individuo A soy yo es posible que me mosquee y le suelte un bufido al Individuo B. Porque YA LO SÉ que no es IGUAL. Si fuera IGUAL te habrías dado cuenta tu mismo, Individuo B, LISTILLO. Yo te decía que era PARECIDO. ¡PARECIDO! YA VEO QUE HAY DIFERENCIAS. ES PARECIDO. NO IGUAL.”
Puto Individuo B. Te odio. No me hables más, haz el favor.
Has muerto para mi, Individuo B.
(Berto Romero, el de Buenafuente, sí.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario