Otra vez de vuelta.

Yo me lo he pasao mu bien, sí. La verdad es que lo paisajes son preciosos, e incluso tuvimos dos días de sol y playa -a pesar de que no hay quien meta un pie en ese agua del Atlántico, me cago en tó-. La pena es que algunos se volvieran antes, las primeras horas son como de que se corta un poco el rollo, ya os podíais haber quedado algunos, mamones, jeje.

Cabe destacar la magnifica elección del restaurante Kalahari, al que va a volver su padre, por sus generosas ensaladas de lechuga, tres rodajas de tomate y ralladuras de zanahoria tiradas desde avioneta; sopa de Blanca, especial de la casa, compuesta (más bien descompuesta) de: agua de la cisternilla, dos calcetines con roto en la punta, sobras de las mesas 2 y 3, y todo tipo de cosas que existan en el planeta Tierra de aspecto gelatinoso y colgón. Continuamos con frango (pollo) empanado, genéticamente modificado para que caduque en el trayecto entre la cocina y la mesa. Y para terminar una atención personalizada de cada cliente en la que se le tratará como fuese imbécil. Por lo demás tienen unas pizzas estupendas.

Ya sabéis que tenemos que pasarnos las fotos, así que tenedlas preparadas para esta semana, algunas estarán en el Tuenti a lo largo de la misma.

Bueno, pues que descanséis esta semanita. Saludos.